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Jim Hall

Persiguiendo a Jim Hall (un viaje en fotos)

By 13 julio, 2013abril 28th, 2021No Comments

Te vas a ir a Europa a ver a Jim Hall?
Lo vas a seguir durante su gira?
Juntaste la plata vendiendo tu equipamiento?
… en serio vas a alquilar un auto y dormir en la calle?

Era el año 2007 y la respuesta a todas estas preguntas era “sí”.

Había conocido a Jim el año anterior, estando en Londres durante el cumpleaños de Dave Holland (esa es otra historia…!). “Si pasás por Nueva York llamame y nos juntamos a tocar”, dijo Jim. “No hay manera de que consigas la visa”, dijo el oficial de migraciones de USA. “Qué te parece si en vez de ir a Nueva York voy a Europa a escucharte tocar durante tu gira?”, le dije a Jim por teléfono. “Mucho mejor vernos en Europa, Pedro, no tiene sentido que pases por esas tonterías de este gobierno fascista”, dijo Jim en relación al entonces gobierno de Bush.


Antes de salir, en Buenos Aires.


Aprovechando para tocar un rato, haciendo tiempo entre vuelos en el aeropuerto de Madrid.


Siempre contento de subir la guitarra al avión.


Primera noche en Toulouse.


El primer lugar donde me junté con Jim.


El camarín, y la guitarra de Jim esperando.

La lista de temas para esa noche.
Por encima hay una bolsa con un regalo que yo le había llevado. Hablando de regalos, le pregunté “usaste la remera de la selección Argentina que te dí el año pasado?” y Jim me responde “Sí, la usé un par de veces para ir al gimnasio pero la gente me empezaba a hablar en castellano y no sabía qué responderles!”.


Amplificadores pequeños; al menos el de esa noche tenía reverb.
“Me gustan los Polytones porque suenan como si fueran un amplificador valvular, pero sin tantos problemas”, me dijo en una prueba de sonido.

Jim siendo Jim.

Scott Colley en el contrabajo; algunas fechas con Geoffrey Keezer en piano y otras con Greg Osby en saxo alto.

No iba a pagar un taxi y el último subte ya había pasado. Pensé en dormir en un parque cerca del teatro, pero estaba tan emocionado que los 15km de caminata pasaron rápidamente.


Con las cosas de Jim y la banda.
“Querés viajar conmigo hasta Munich?”, me dijo el road manager de la banda. Mi idea era tomar un avión hasta Alemania, en donde había arreglado alquilar el auto. Me pareció interesante hacer el viaje por tierra… y de paso escuchar las historias del manager, que había llevado por Europa a cantidad de músicos increíbles.


La camioneta que llevaba el equipamiento (y a mi), mientras Jim y la banda se movían en avión.


En Munich, comiendo algo en un hostel.

Su guitarra.

El auto recién alquilado, que en ese momento aún olía bien; el pobrecito no sabía que iba a transformarse en mi casa por aproximadamente una semana.


Bosque junto al camino, en donde paraba a dormir a las noches.
Tuve dos encuentros con “seres de la noche”, pero no resultaron graves; aunque uno de estos incidentes terminó en una bizarra persecución por la autopista (hoy en día es una buena anécdota durante las cenas).


En viaje hacia la próxima fecha.

Ya había pasado Toulouse, Murnau (cerca de Munich), Zurich y ahora estábamos en Strasburgo.

SANYO DIGITAL CAMERA

El último concierto de Jim en el que yo estuve.

En la última fecha Jim me dice “tenés una lapicera?”. Al rato vuelve, con cara de preocupado; “no funcionó, necesito un marcador”. Nos despedimos y, después de verlo irse, fuí al baño. El marcador era para dibujar una cara felíz con el botón del inodoro. Puede verse el “ojo” que trató de escribir con la lapicera… pero, claro, necesitaba un marcador.


Volviendo a Argentina, mucho más contento de lo que parece en esa foto…

 

Hubo momentos extraños -por decirlo de algún modo- en esa precariedad de estar dando vueltas en solitario por países desconocidos; buscando estacionamiento sin entender los carteles, absolutamente exhausto buscando un lugar donde dejar el auto, tiritando dentro de la bolsa de dormir durante el invierno de Alemania. Pero haber estado junto a Jim durante ensayos, pruebas de sonido, comidas, viajes, etc… y, aunque no hubo tiempo para tocar juntos, hubo un par de charlas increíbles.

Compartir estos momentos con una de las personas que más admiro (en muchos sentidos), es una de las más lindas experiencias que tuve.

Ojalá disfruten estas pequeñas memorias de perseguir a mi amigo Jim Hall.

Un abrazo!